Life

iconoslecturasDisfrútalo en tu e-Book: Click y accede a cualquiera de estos formatos.

| Título original: Life | Dirección: Daniel Espinosa | EEUU | 2017 | 103′ | CF/Thriller |
| Guión: Rhett Reese, Paul Wernick | Fotografía: Seamus McGarvey |

Por Alicia Pérez Gil

Life, dirigida por Daniel Espinosa, protagonizada por Calvin y por Jake Gyllenhaal, Rebecca Ferguson, Ryan Reynolds, Hiroyuki, Ariyon Bakare u Olga Dihovichnaya. Una película de terror en el espacio que se caracteriza porque mientras el primer nombre de la lista anterior es fácilmente reconocible, como personaje, por su aspecto físico, todos los demás son intercambiables en todos los aspectos.

Dicho esto, no hace falta mucho más para saber cuánto la he disfrutado. Baste añadir que hacia la mitad le pedí perdón a mi marido por haberle sugerido que fuésemos a verla.

Veamos los motivos:

La peli arranca con un falso plano secuencia muy ingenioso y muy emotivo. Estamos en el interior de una estación espacial y un aguerrido profesional del rodeo tiene que cazar a lazo a la sonda Pilgrim. La cámara va y viene siguiendo a los tripulantes, saliendo de la nave, entrando en ella, con una banda sonora que en ese fragmento inicial funciona y que late un poco al ritmo de todos los corazones. Termina la función con la sonda a buen recaudo y el aguerrido cowboy felicitándose por la captura. Todos somos muy felices y, como hemos visto alguna película más, sabemos que los habitantes de Marte que vienen dentro de la sonda nos van a hacer pasar un mal rato porque son hostiles. Lo sabemos y lo deseamos, que para eso hemos pagado.

Luego llegan los interminables siete minutos de presentación de personajes. En un alarde de imaginación jamás visto (léase la ironía), la televisión estadounidense se cuela en la nave para mostrar a la población quiénes son las personas que van a entrar en contacto con la vida extraterrestre. Niños monísimos hacen preguntas de gran calado, se nos muestra la estructura interior de la estación y se nos dan algunas pinceladas acerca de los personajes: uno es papá, el otro es un triste, hay un graciosete, un discapacitado, una responsable de seguridad. Está todo muy equilibrado porque hay mujeres y hombres y además representantes de minorías étnicas. Por si fuera poco, la muerte en la peli es muy democrática y se distribuye de manera uniforme a lo largo de toda la película.

El verdadero problema llega con la descripción de Calvin (sí, el extraterrestre, bautizado así por los niños de un colegio neoyorkino), que es la repera y crece muy rápido. Diría más, pero están mal vistos los spoilers y alguna gracia hay que dejar que conserve el film. Como todos sabemos de lo que estamos hablando, se asume que el bicho va a ser duro de pelar y que va a tener hambre. Bien. Por esa misma razón, un espectador normalito (yo no soy de las más listas), esperaría que las medidas de seguridad fueran excepcionales ¿no? Quiero decir, los propios tripulantes hacen chistes frikis y no parece descabellado pensar que los señores de la NASA hayan visto Alien ¿no? Si yo fuera una señora de la NASA y mandase a un grupo de personas a analizar muestras de vida alienígena al espacio, me aseguraría de que lo hago con las mayores garantías de que, en caso de hostilidad, el bicho no va a llegar a la Tierra NI-DE-CO-ÑA.

Bueno, pues no.

Sin mucho destrozo diré que hay tres cortafuegos: unos guantes de goma, una puerta de cristal y un tercero que ni siquiera depende de la estación espacial. Sí, sin coñas.

Una vez superadas las dos primeras barreras, momento de la trama al que hay que llegar porque nos encontramos en una peli de bicho-en-nave, cabría esperar cierta tensión ¿morirán, se librarán, matarán al bicho, escapará el bicho, llegará el bicho a la Tierra? El problema es que esa tensión debería derivarse de dos factores: preocupación por los personajes y una buena construcción del suspense. Pero los personajes no están ni bosquejados, así que resulta difícil cogerles cariño o asco y como no se les tiene cariño ni asco pues te importa más bien poco que vivan o mueran. El suspense por su parte no existe. De hecho, en los momentos en los que quizá se pueda decir que se crea algo de tensión, viene la banda sonora y trata de convencerte para que quieras arrancarte la cabeza. Una pesadilla a un volumen ensordecedor que intenta por todos los medios de alterar el pulso del espectador porque, claro, no hay nada en el metraje que lo consiga.

Y cuando creías que ya no podía empeorar, suceden dos desastres más. El primero no sé si es un parche porque ya iba el equipo barruntándose que la cosa no funcionaba y entonces decidió, como a última hora, que colocaría dos primeros planos del bicho en estado adulto. Al pobre se le pone cara de mala gente y eso que te acaban de decir que malo, malo no es… Y el segundo desastre es el sorpresivo giro del final, que se venía venir desde… ¿Marte?

En definitiva, una película para no ver, gracias.

NGC no se hace responsable de las opiniones vertidas por mí misma en este artículo. Yo sí. Yo me hago responsable de lo que haga falta…

© Copyright de Alicia García Gil para NGC 3660, Abril 2017

| Intérpretes: Jake Gyllenhaal, Rebecca Ferguson, Ryan Reynolds, Hiroyuki Sanada |
| Ariyon Bakare, Olga Dihovichnaya |