Spider-Man: Homecoming

Por Miguel Ángel Tejero Rodríguez

Desde que Sam Raimi nos dejara a todos medio locos con su versión del trepamuros, hemos tenido cinco películas y dos encarnaciones distintas de Peter Parker. Nuestro arácnido amigo y vecino se viene balanceando por la pantalla grande como si del skyline de Nueva York se tratara: Con subidas y bajadas, con caídas en desgracia y remontadas increíbles. Spider-man homecoming vuelve a situar al personaje en lo más alto del universo Marvel.

Este nuevo lanzamiento tuvo un prólogo de lujo en Capitán América: Civil War, que se resume en los primeros cuatro minutos de la cinta. El punto de enganche con los vengadores es magnífico, pero a pesar de todo lo que se enriquece el universo compartido al incorporar al personaje, esta aventura está hecha a la altura de Spider-man. Aquí no hay rayos azules apuntando al espacio ni ciudades destruidas por batallas interminables. El protagonista se enfrenta a su enemigo en su terreno y dentro de sus posibilidades, y eso es lo que se espera de un Peter Parker que todavía cursa estudios en un instituto, por mucho que tenga una beca de Stark Industries.

Spider-man homecoming nos devuelve el mejor cine de institutos. John Hughes está presente tanto en espíritu y como en forma de guiño, porque no son gratuitas las fotos que se han hecho los actores emulando el cartel de El Club de los Cinco. Incluso toda la trama superheroica está escrita alrededor de los pormenores del teenager Parker, sus amigos y sus amoríos, que afortunadamente están interpretados por un elenco, magníficamente competente y aún más importante, perteneciente al rango de edad que representa.

El libreto está tan equilibrado en cómo presenta sus tramas, que parece mentira sea la obra de tres parejas de guionistas. El giro que consigue llevar al personaje a lo más bajo, antes de encarar el tercer acto, es tan brutal, y tan dramático, que eleva las apuestas para llevar al espectador a vivir un final de infarto. A todo esto, hay que sumarle una presencia muy puntual de Tony Stark y las menciones de rigor al resto del equipo. El equilibrio solo se logra con un golpe maestro: eliminando el peso que supone la consabida y tantas veces vista historia de origen. La narración aquí se construye yendo al grano y disfrutando por el camino.

Lo que Spider-man 2 de Raimi lograba apoyándose en una película previa, aquí se consigue con poco más de dos horas de metraje. Spider-man homecoming es divertida, frenética, dramática y muy emocionante, lo que la convierte sin lugar a dudas y para el que suscribe, en la película del verano.

© Copyright de Miguel Ángel Tejero Rodríguez para NGC 3660, Julio 2017