Por Javier Arnau
En otros lugares, otros espacios
tal vez, en otros tiempos;
espacios confinados,
tiempos añadidos
a la frágil voluntad humana.
En otro lugar, otro diox
de las probabilidades infinitas
insufla una etérea teoría
en los corazones de los desesperados,
en las mentes de los capacitados,
en las almas de los valientes;
un esquema repetido
miles, millones de veces
en la abrumaba memoria colectiva,
en la atribulada genética racial.
Máquinas que ocuparán nuestro lugar;
tal vez sea ya el tiempo,
quizás haya llegado el momento,
la sopa primigenia de la que surgimos
se transforma en un ordenador biológico
a la espera de materia prima,
a la expectativa de ver surgir
a su nueva creación.
Un nuevo orden se alza
a lomos del viento del cambio
cabalgando entre las estrellas
viajando cual zarzagán cósmico
diseminando la nueva,
a otros lugares, tal vez a otros tiempos;
espacios abiertos entre los mundos
recibiendo la semilla
de una nueva concepción galáctica
que atesore, tal vez,
el legado ancestral
que los ha llevado hasta allí.
O, tal vez, el momento pasó,
quizá los nuevos dioses
de entelequia y causalidad
estén llevando a este Universo
a través de su energeia
a un nuevo estado
en el que las leyes de la Fuente
ya no sean sagradas teorías
surgidas de las más profundas
substanciaciones de las mónadas,
indivisibles de todo ser,
adeptas de los nuevos regentes,
en otros tiempos,
a través de otros espacios
en los que las ondas de solitudes
cabalgan llevando la nueva
de que el momento ya llegó
y pasó.
© Copyright de Javier Arnau para NGC 3660, Diciembre 2018