Entrevista realizada por José Jorquera Blanco
La Nave Invisible es una web hermana dedicada a la literatura de género desde una perspectiva feminista. Uno de sus objetivos es dar eco a las mujeres, grandes olvidadas en la literatura, con una sección de reseñas, artículos y podcast.
Han trascurrido varios años ya desde que comenzasteis vuestras andanzas. ¿Qué fue lo que os llevó a crear esta página web? ¿De dónde surgió la idea?
La idea surgió en 2016, en un contexto en el que las lectoras y los lectores empezaban a darse cuenta de que, en general, leían a más hombres que mujeres y a preguntarse esas causas. En 2014 se había publicado la primera antología de Alucinadas, relatos de ciencia ficción escritos por mujeres; en 2015 María Barrios había publicado su artículo Ahora solo leo libros escritos por mujeres y esto es lo que he aprendido.
En ese marco, y a raíz de una conversación casual en Twitter, en la que una editorial reflexionaba sobre la dificultad de publicar obras escritas por mujeres, Anna Roldós, una de las integrantes de La Nave, decidió lanzar en abril de 2016 un llamamiento en su blog para crear un proyecto de difusión de autoras de género fantástico, ya que entendía que estas estaban aún más maltratadas que las de otros géneros.
A partir de ahí, y después de que un grupo de voluntarias se ofreciera a participar en el desarrollo del proyecto, empezó todo el trabajo de organización y diseño. Finalmente, La Nave Invisible, vio la luz el 2 de septiembre de 2016.
¿Quiénes están detrás de vuestra web? ¿Tenéis un núcleo permanente de personas o hay autores esporádicos?
Tenemos un núcleo permanente, formado por algunas de las integrantes originales que todavía siguen al pie del cañón, y también por nuevas incorporaciones que se unieron a partir de un llamamiento para ampliar la plantilla que lanzamos en 2018. En ese momento teníamos mucha carga de trabajo y con nuestras tareas personales no nos daba la vida.
Sin embargo, y aunque esa tripulación permanente es la que gestiona el proyecto y se encarga de redactar la mayoría de las entradas, también tenemos abiertas las colaboraciones externas con cualquier persona que quiera publicar con nosotras. Para hacerlo solo es necesario mandar una propuesta a nuestro correo electrónico o a través del formulario de nuestra web, y desde La Nave valoramos si encaja con nuestro tipo de publicaciones.
Buscar el nombre, el logo, el diseño, etc. ¿Es algo tan complicado como parece a primera vista? ¿Qué os ha aportado esta experiencia?
¡Sí, lo es! Estuvimos bastantes semanas deliberando sobre todo eso, antes de lanzar el proyecto. Solo hace falta ver que desde que se creó el grupo de trabajo original, en mayo de 2016, hasta que se inauguró la web, en septiembre de 2016, pasaron cuatro meses. Por suerte, contábamos con diseñadoras profesionales en el equipo que consiguieron darle a La Nave la imagen que hoy conocéis, una vez nos decidimos por una estética específica.
Decidirnos fue lo verdaderamente difícil, porque no queríamos que ninguno de esos elementos fuera arbitrario. Además, tenía que apelar a los distintos aspectos que tratábamos: literatura de género fantástico, invisibilización de la mujer escritora… Todo sin caer en estereotipos ni victimismo.
Pero fue un proceso muy gratificante y una época que recordamos con mucha ilusión y mucho cariño. Para la mayoría (por no decir para todas), era la primera vez que nos encontrábamos ante un proyecto de esta envergadura, y suponía todo un reto. Y lo que nos aportó fue el aprender a trabajar en equipo, a colaborar, a ceder, pero también a compartir y a conectar. Por primera vez sabíamos que no estábamos solas en esto y que había alguien en quien apoyarnos para luchar por nuestra representación.
¿El nombre de la página tiene algún significado especial para vosotras? ¿Por qué elegisteis este nombre?
Como hemos mencionado, el nombre no se escogió de forma arbitraria, sino que representa aquello a lo que nos dedicamos. Primero, la nave, que puede interpretarse como un barco, muy presentes en la literatura de fantasía, pero también como una nave espacial, que hace referencia a la ciencia ficción. También simboliza el viaje en el que nos embarcamos. Segundo, invisible, que describe cómo eran las autoras que viajaban en esa nave cuando iniciamos el proyecto: invisibles al mundo. Y nuestro cometido era darlas a conocer, para que los lectores pudieran leerlas y disfrutar de su obra, y nadie pudiera volver a decir que no leía a mujeres porque no existían.
Al final, Delfina Palma condensó esas ideas de forma genial en el maravilloso logo que diseñó para la web y que hoy es la seña de identidad de La Nave Invisible: el navío espacial.
El armazón de vuestra nave invisible está separado en varias cubiertas. ¿Podríais explicarnos brevemente cuáles son las secciones y qué hacéis en cada una de ellas?
Si entráis en nuestra web, podréis ver que tenemos organizadas nuestras entradas en seis secciones, porque La Nave Invisible no es solo una blog de reseñas, sino que pretende ir un paso más allá a la hora de dar a conocer las obras.
En primer lugar tenemos las «Novedades». Esta sección se actualiza una vez al mes, siempre a finales, y recoge las novedades editoriales que han salido a la venta durante dicho mes, así como las presentaciones y actividades que tendrán lugar próximamente. Intentamos estar al día de todas esas novedades rastreando las RR. SS. y las webs de autoras y editoriales, ¡pero no es nada fácil! Así que agradecemos muchísimo que tanto autoras como editoriales nos escriban para dárnoslas a conocer y que así podamos preparar entradas lo más completas posible.
En segundo lugar tenemos uno de los orgullos de La Nave: nuestra base de datos de autoras, que recoge fichas detalladas con sus correspondientes bibliografías. Las fichas pueden encontrarse en el apartado «Fichas de autoras», pero cada dos meses publicamos un pequeño resumen para que los lectores las conozcan. Estas entradas-recopilatorio se recogen en el apartado «Conociendo a nuestras autoras».
En tercer lugar tenemos la sección de «Artículos», que agrupa tanto artículos de opinión como de investigación. Todos ellos tratan temas muy dispares que las redactoras han querido realzar, siempre en relación con las autoras de género fantástico y/o sus obras.
En cuarto lugar encontramos la sección de «Reseñas», que recoge no solo reseñas de libros de género fantástico escritos por mujeres, sino también de obras gráficas o audiovisuales en cuyo desarrollo y guionización haya participado alguna mujer, ya sea el mundo del cine, la televisión, los videojuegos o los cómics. Generalmente, las obras reseñadas las escogen libremente las reseñadoras, aunque aceptamos sugerencias de lecturas, por supuesto.
En quinto lugar, tenemos las «Entrevistas» que realizamos no solo a autoras, sino también a editoras, traductoras y otras profesionales del mundo de la edición y la narración.
Por último, también contamos con la sección «Recomendaciones», cuya actualización no es periódica como las demás, y que nutrimos con nuevas entradas en ocasiones especiales, como Navidad, el Día del Libro u otros. En este caso, aprovechamos para que nuestras redactoras y colaboradores recomienden las obras que quieran bajo una premisa concreta.
Fuera de las secciones, también tenemos un podcast en el que tratamos los mismos temas que en la web y en el que aprovechamos para invitar a autoras a charlar de algún aspecto específico o a que nos cuenten sus experiencias.
Me interesaría saber algo más sobre vuestra organización interna, cómo repartís las secciones, si tenéis estipulados plazos de entrega, si planificáis los contenidos con antelación, etc.
La organización en La Nave es muy estricta, porque un proyecto de esta envergadura no podría seguir adelante sin ella. No tenemos una dirección como tal y la mayoría de las decisiones importantes las sometemos a consenso, pero sí hay una coordinadora al frente de cada sección que gestiona las propuestas, se asegura de que se cumplan los plazos y busca soluciones si surge algún contratiempo.
El calendario de publicaciones se organiza con varios meses de antelación para asegurarnos de que los plazos de entrega sean lo bastante amplios. También intentamos dar variedad a las entradas, alternando y ofreciendo espacio por igual a los diferentes subgéneros fantásticos, hablando de autoras de diversas nacionalidades (pero dando una importancia especial a las hispanas), incluyendo los distintos tipos de narrativas, etc. Además, cada entrada pasa por un proceso de corrección y edición, para publicarla en las mejores condiciones posibles, lo que obliga a presentar los textos con cierto margen de tiempo.
Por lo general, hacemos listas de propuestas, les ponemos fecha aproximada y luego una de nuestras compañeras se encarga de organizar el calendario de cada mes distribuyendo las entradas de forma equitativa (publicamos siempre los martes y los sábados). Otra se encarga de repartir los turnos de corrección y maquetación dentro del equipo de edición. Y, una vez están disponibles los textos, correctoras y editoras se coordinan entre sí para preparar cada publicación.
Como veis, es una organización compleja, pero que sirve para que La Nave funcione como un reloj.
La labor de difusión y visualización de las mujeres dentro de la literatura de género es un trabajo arduo. ¿De dónde sacáis los ánimos para hacerlo? ¿Notáis que estáis generando algún efecto positivo?
Estamos muy de acuerdo con esa afirmación: es un trabajo arduo y a veces cuesta sacar las fuerzas para seguir adelante, porque es inevitable preguntarse si todo esto sirve para algo. Pero lo cierto es que sí que sirve. Hemos podido constatar un cambio de tendencia en relación a la lectura de mujeres dentro del género (¡solo hace falta ver la cantidad de mujeres premiadas en los últimos certámenes de lo fantástico!); y, aunque todavía queda mucho camino por recorrer y muchos estereotipos y barreras por derribar hasta llegar a la paridad, creemos que vamos por buen camino.
Sin embargo, quizás lo más importante y satisfactorio de nuestra labor es ver que estamos creando un espacio para las escritoras, un espacio que ellas sienten suyo y que las ayuda a seguir adelante a pesar de la hostilidad que a veces pueden encontrarse. Nos animan mucho los mensajes de gratitud que nos hacen llegar en ese sentido y si seguimos aquí es, sin duda, por todas ellas.
Y, cómo no, cabe mencionar que el apoyo que nos damos dentro del mismo equipo de La Nave Invisible es imprescindible para mantenernos a flote.
¿Qué tal es vuestra relación con el público? ¿Esperabais que la página tuviese tan buena acogida entre los lectores? ¿Cómo ha sido el feedback?
Si os somos sinceras, cuando empezamos no esperábamos para nada este éxito. Sabíamos que había un vacío que cubrir, pero solo éramos una web más compartiendo contenido de un género tan minoritario como el de lo fantástico. Y, para colmo, especializadas en autoras, que tenían aún menos público. Cuando lanzamos el proyecto y en unos pocos días alcanzamos mil seguidores en Twitter, no nos lo podíamos creer. Pero lo más impresionante es que no hemos dejado de crecer desde entonces.
Por otro lado, nos anima mucho ver todo el cariño y el apoyo que nos da la gente que nos sigue, tanto en redes como cuando tenemos oportunidad de hablar en vivo en las charlas que hemos organizado, o incluso al votar por nosotras para algún premio. El feedback es muy positivo y hace que todo el esfuerzo merezca la pena. Es maravilloso ver cómo les lectores descubren a esas autoras que desconocían, y estas pasan a ser tan importantes para elles.
Agradecemos mucho las muestras de afecto que nos llegan a veces por correo o por RR. SS. de personas que nos cuentan cómo nuestra iniciativa les cambió por tal o cual cosa, o de autoras que nos dicen que ahora se han animado a escribir, compartir y participar más, o de proyectos afines que se interesan por nuestro trabajo o nos invitan a colaborar para que todas consigamos nuestro fin común: que las autoras sean conocidas y leídas.
¿Qué supuso para vosotras el haber ganado el premio Ignotus a la mejor web en 2018 y en 2019?
Quizás podríamos decir que fue la aceptación de que realmente al fandom de lo fantástico le interesaba lo que hacíamos y compartía nuestro proyecto. Que no éramos solo «cuatro locas luchando por una causa perdida». Estamos muy contentas de ver todo ese cambio en el fandom, esas ganas de empezar a hacer las cosas de una forma distinta que nos incluya a todes.
¿Cómo veis el panorama editorial actual? ¿Creéis que las editoriales arriesgan para dar al público algo interesante?
En un mercado tan saturado como el editorial, destacar es esencial. Los grandes grupos tienen a su disposición los medios, una gran distribución y una gran capacidad de promoción. Las pequeñas, sin embargo, tienen que servirse de otras fórmulas y centrarse en el valor añadido. Por eso estamos encontrando cada vez más ediciones ilustradas, con prólogos que son artículos casi académicos que tienen valor en sí mismos, obras de hace cincuenta años que no se reeditaban desde hacía décadas o que no se habían publicado nunca en nuestro idioma… Es un esfuerzo que no sabes si podrán recuperar, pero lo necesitan para no pasar desapercibidas entre la ingente cantidad de publicaciones.
Sin embargo, también creemos que, a pesar de que esos grandes grupos tienen las facilidades a su alcance, las pequeñas seguirán al pie del cañón, luchando para hacerse un hueco, escuchando a les lectores y tratando de ofrecerles no solo lo que piden, sino aquello que consideran imprescindible que esté en el mercado, como le corresponde hacer a todo buen profesional de la edición.
¿Pensáis que la fantasía, el terror y la ciencia ficción seguirán manteniendo su estatus de género menor en el mundo literario?
¿Con esos nombres? Sin duda. Sobre todo en España, donde la tradición literaria realista es tan fuerte. También es parte del marketing. Por ejemplo: aunque el realismo mágico es un género en sí mismo con unas características concretas, muchas veces se utiliza el rótulo para vender fantasía en colecciones generalistas. Lo mismo ocurre con el terror, que pasa a ser narrativa, y con la ciencia ficción, que se convierte en ficción especulativa. En varios países, las fronteras entre géneros se han desdibujado por completo ya. Ocurre con autoras como Schweblin, Enríquez o Atwood, aunque son reconocidas dentro del fandom. Con otras, como Winterson, esto aún no ha sucedido; y la gente ajena al fandom de la literatura fantástica apenas reconoce a Ursula K. Le Guin. Toda una pena.
Pero la situación está cambiando. El creciente empuje y generalización de los medios audiovisuales (series, videojuegos) está ayudando a normalizar este tipo de narrativas, y tenemos la esperanza de que el cambio se vaya asentando también en el mundo del libro.
Muchas buenas historias que son publicadas pasan casi desapercibidas por el factor publicitario. ¿Qué papel creéis que juegan los e-zines y webs especializadas en este proceso?
Es cierto que muchas obras pasan desapercibidas, pero Internet ha cambiado el modo de hacer publicidad, así que las editoriales deben buscar esas nuevas fórmulas para dar a conocer sus libros. Los e-zines y las webs especializadas somos una pieza dentro de este ecosistema, pero no la única. Y, aunque aportamos nuestro granito de arena, no podemos hacer todo el trabajo (ni es nuestro objetivo).
Desde luego, servimos como filtro y escaparate, pero a veces es difícil ir más allá del barrido de grandes nombres y títulos y encontrar pequeñas joyas. Quizá eso es más fácil en páginas pequeñas, pero hay tantas que suele ser complicado dar con ellas. Hay mucho ruido. En nuestro caso, nos es imposible reseñar novedades, la difusión la hacemos más por Twitter e Instagram. Nuestro trabajo está más dirigido a que les lectores sepan que ese libro (o esa autora) existe, aunque tengan que informarse más por otros canales.
Una parte, quizás la más infravalorada, o la que con peor fama cuenta, es la labor de la crítica. Podemos encontrar en La Nave Invisible reseñas, comentarios y artículos… hasta podcast. ¿Qué papel creéis que juega la crítica para cualquier obra artística?
No consideramos que lo que hacemos nosotras pueda ser llamado «crítica». Solo somos lectoras dando nuestra opinión y nuestra visión sobre lo que leemos. Es cierto que algunas colaboradoras, por estudios o por experiencia profesional, pueden tener más conocimientos técnicos sobre estilo y estructura, pero siempre hay un factor subjetivo que nosotras mismas procuramos tener presente para no ir sentando cátedra. Cada reseñadora aporta lo que puede al comentar una obra: si ha conseguido transmitir lo que quería, si es fácil empatizar con los personajes, si hay algo técnico que mejorar… Luego cada cual que haga con esa información lo que prefiera, en función de sus propias afinidades personales. Lo que a una persona puede ahuyentar de un texto, para otra puede resultar atractivo. Una obra puede gustarnos más o menos dependiendo del momento en el que llegue a nuestras manos, también. Nosotras intentamos siempre ser constructivas y tener en mente esas variables a la hora de reseñar.
Podría considerarse que la crítica es un «arte» en sí… ¿Qué me podéis decir acerca de ello?
Hemos encontrado mucha gente reticente a reseñar con nosotras porque creen que se necesita algo especial, pero lo cierto es que no lo vemos así. Empatía, un comentario honesto y una redacción correcta es casi lo único que pedimos en La Nave. El resto se mejora con la práctica, como todo. De hecho, escribir reseñas ayuda mucho a perfeccionar temas de estructura, y a resumir, organizar y exponer ideas, algo muy útil cuando se es estudiante o para redactar cualquier otro tipo de texto. Pararse a analizar las cosas cuando reseñas, además, afina el ojo crítico cuando lees, y poco a poco vas aprendiendo a identificar patrones, elementos comunes, temáticas y trasfondo. En realidad, el verdadero arte es saber diferenciar aspectos objetivos de gustos personales, y si sientes que una obra «no funciona» porque algo falla ahí de verdad o simplemente porque no es para ti.
El poder de una buena o mala crítica puede ser decisivo y fundamental para encumbrar o hacer caer una obra. ¿Normalmente medís cada palabra a la hora de elaborarla? ¿Procuráis no ser demasiado fustigadores o por el contrario tendéis a «no callaros nada»?
Como hemos dicho antes, siempre intentamos ser constructivas. Nos hemos encontrado obras que no nos han gustado nada, pero tenían un ritmo endiablado, y otras con ideas magníficas que se han quedado a medio desarrollar. Nosotras indicamos los pros y los contras con sinceridad; a veces pesan más unos y en otras ocasiones, los otros. En las escasísimas situaciones en las que de verdad no teníamos nada positivo que decir, no hemos reseñado la obra prevista. Pero en última instancia deben ser les lectores quienes decidan si le dan una oportunidad o no a los libros en cuestión. Saber ver los puntos positivos de una obra y a quién se la puedes recomendar es la parte más complicada, pero intentamos ser lo más profesionales que podemos.
Muchas veces los críticos no perciben ese halo de poder e influencia que ejercen y a veces se dejan arrastrar por ello. ¿Os planteáis esto cada vez que os ponéis a trabajar en ello?
No tenemos constancia de tener ese poder de influencia sobre el público. No hay tanta gente leyendo reseñas hoy en día (sabemos que tenemos grumetes fieles que se lo leen todo y su pila aumenta cada vez que publicamos una entrada, pero no son mayoría). En realidad, la influencia la ejerce la pasión. Se nota cuando hablas de algo con pasión y eso es lo que llama a más gente. Lo recomiendas más, te expresas de otra manera, conectas más fácilmente con gente a la que le apasiona lo mismo que a ti, y todo eso le da un empujón especial a la difusión de la obra. Es inevitable. Pero el verdadero poder está ahí.
Y ya para terminar, ¿nos recomendaríais alguna novela que hayáis leído últimamente que os haya enganchado, fascinado o que penséis que deberíamos leer dentro de los tres géneros de la web (terror, fantasía y ciencia ficción), con especial hincapié en autores nacionales?
Vamos a recomendar uno de cada género, que elegir uno siempre es difícil.
Pakminyó, de Felicidad Martínez, es una obra de fantasía con sabor a anime que puede disfrutar gente muy diversa. Hay amistad, buen rollo, superación personal, chistes y mucha comida, pero también crítica social, una revolución, intrigas políticas y mensaje ecológico. Es entretenida y divertida, pero también trata temas de gran calado e interés general. Y además se lee con una facilidad endiablada, por lo que su volumen no debería asustar a nadie. Es una obra muy actual, diferente de obras anteriores de la autora, pero con muchos de sus temas en común: el interés por la organización social, el lenguaje o los múltiples puntos de vista de una misma situación.
La brigada de luz, de Kameron Hurley, es una obra de ciencia ficción fascinante sobre la guerra y los viajes en el tiempo, hilada con mucha maestría en un puzle que te va introduciendo en la trama poco a poco, mostrándote la información justa, pero haciendo que no puedas dejar de pasar páginas para ver cómo continuará la historia.
Gabinete de rarezas, de Ángeles Mora, es una antología finalista al Premio Andalucía de la Crítica 2019. Entre sus páginas encontraréis historias que beben del terror clásico, sin dejar a un lado la voz propia de la autora. Sutilmente inquietantes, elegantes, sin caer en los excesos barrocos. Puede gustar tanto a gourmets del género como a lectores menos aficionades al mismo, o incluso reticentes a leer cosas de «miedo».
Agradeceros desde NGC 3660 el tomaros el tiempo suficiente para contestarnos, ya que sabemos que tenéis una vida bastante ajetreada. Un verdadero placer. Las últimas palabras son vuestras.
Muchas gracias a NGC 3660 por contar con nosotras para esta entrevista y hacernos un hueco en su programación. La Nave está a punto de cumplir cuatro años desde su fundación, y es un honor que todavía nos tengan presentes y se hagan eco del trabajo que realizamos. Pero, como no podía ser de otra manera, aprovechamos estas últimas líneas para recordaros lo mismo de siempre: leed a más autoras. Nacionales, latinoamericanas, racializadas, de minorías o colectivos diversos… Tienen mucho que decir, y cosas muy interesantes, historias universales que ayudan a ampliar nuestros horizontes y hacernos más sensibles a la realidad tan caleidoscópica que existe en este mundo. Que nada ni nadie os silencie a la mitad de la población mundial. Si no sabéis por dónde empezar, en La Nave tenemos recomendaciones para rato.