En todos los mundos posibles

| Enrique Miralles | Esdrújula Ediciones  | Colección Sístole | 380 págs. |  2017 |
| ISBN: 978-84-17042-14-1  | 20€ | 22*25cm. |

Por Francisco J. Velázquez

En todos los mundos posibles

Sin duda es difícil escribir una reseña sobre una novela de ciencia ficción tan intensa, bien estructurada y, por encima de todo, tan bien cimentada en principios científicos como lo es esta primera novela de Enrique Miralles que con tan buen acierto ha dado en llamar En todos los mundos posibles.

Me enfrento a esta tarea partiendo de mi escasa formación científica, que se reduce a los años estudiantiles preuniversitarios y al interés que la propia ciencia ficción ha ido generando en mí, como lector y como espectador de multitud de películas y series en las que con frecuencia se alude a hipótesis, formulaciones y terminología que nunca pasan desapercibidas para nosotros los amantes de la ciencia ficción, y que nos animan a indagar más allá de nuestros propios conocimientos. No podría, aunque quisiera, encontrar fisuras o deslices en todo aspecto real que ha usado el autor para enriquecer su novela. Tampoco es esa además la función de una reseña y mucho menos cuando los datos científicos aportados por la novela son tantos y tan abrumadores y se escapan además a mis conocimientos. Por eso debemos centrarnos en lo realmente importante: la novela en sí.

Más allá de la posible trama conspiranoica con desenlace apocalíptico que nos deja entrever la sinopsis, esta novela contiene más. Mucho más. Bajo la estructura de un thriller donde podemos ver evolucionar a muy diversos personajes que acaban convirtiéndose en principales a lo largo de las diferentes etapas de la trama, podemos encontrar una narración atípica, salpicada de perlas en forma de anécdotas, charlas, o hitos históricos (reales o no) de mano de personajes históricos conocidos, que nos hacen preguntarnos o recapacitar sobre el papel y la relevancia de la ciencia a lo largo de la historia en todo el mundo conocido así como sus propósitos, su relación con la ética y los usos últimos de los descubrimientos. Sin olvidar por supuesto el choque perpetuo entre dos púgiles tan frecuentes como son la fe (cualquier fe) y la ciencia.

Como lectores caminamos a saltos por un relato que realiza escalas temporales, no siempre lineales, en el que la comunidad científica juega un papel importante durante toda la trama, así como su debate moral sobre la divulgación o no de un misterio de posibles consecuencias funestas para el universo que no nos será desvelado hasta casi bien entrado el final del libro.

La nada inverosímil historia que Enrique nos presenta viene de la mano de un grupo de científicos que actuando contra natura decide ocultar ese secreto sólo descubierto por ellos, siendo este el pistoletazo de salida para una serie de eventos que en ocasiones parecen convertirse en un bucle de acción-reacción sin fin pero que concluirá de manera interesante con un final que seguro dejará contento a casi todos los lectores. Ese es mi caso.

Se trata de una historia enriquecida por un río constante de teorías, doctrinas y disertaciones entre personajes lo cual puede llegar a abrumar al lector medio y frustrar al iniciado. Pero también puede estimular mentes ávidas, dispuestas a bucear en Internet a la búsqueda de ensayos científicos relacionados con lo expuesto entre las 369 páginas del libro. Seguro que habrá más de estos últimos.

En mi modesta opinión, creo que para ser una primera novela ya se perciben como rubrica del señor Enrique Miralles el esfuerzo, el trabajo y la dedicación. El resultado no sólo es creíble sino también muy atractivo. Tan atractivo como el trabajo de la editorial Esdrújula Ediciones que ha sacado a la venta un libro digno de ocupar las estanterías de los amantes de la ciencia ficción. Ambos, editorial y autor, se han puesto el listón muy alto, y es de agradecer porque nos aseguran así que lo que produzcan en un futuro alcanzará cuanto menos ese nivel, si no lo sobrepasan, y eso siempre va en pro de los lectores de ciencia ficción.

© Copyright de Francisco J. Velázquez para NGC 3660, Enero 2018