La silla

|  David Jasso | Equipo Sirius Transversal | ISBN: 8496554074 | Terror | 
| Ilustración de portada: Manuel Calderón | 2006 | 211 págs. |24€

Por Pily Barba

Reseña publicada originalmente en Tierras de Acero MGZN

Creo que ya lo he dicho en alguna otra ocasión: si eres aficionado a escribir, llevas tiempo sin hacerlo, y al leer a otro autor vuelven a ti las ganas irreprimibles de plasmar tus locas ideas en un papel (o pantalla en blanco), eso solo significa una cosa: el autor de dicha obra es un auténtico maestro. Un verdadero artista. Pero, si además su historia consigue hacer que tus pupilas no se despeguen del papel ni aun cuando tienes que salir, e insistes en trasladarte leyendo —y correr el riesgo de tropezar con bordillos traicioneros, farolas inoportunas, o papeleras a modo de mojones—, es que aquello que te cuentan merece y mucho la pena.

Sí, ya sé que lo que acabo de decir suena a la cancioncilla de moda; al ABC de la crítica de cualquier novela que se precie, pero en el caso de La silla no me queda más remedio que repetir una y otra vez, hasta la saciedad, ese maldito estribillo. Deletrear de manera clara y ordenada que se trata de una obra E-S-P-E-C-T-A-C-U-L-A-R.

El protagonista de La silla no es ni más ni menos que un renombrado autor de literatura de terror que, llevado por la pasión que suscita en él su última creación, se propone llevar a cabo un experimento que trata de recrear una terrible situación desarrollada en el próximo capítulo de su libro. Y así, sin más, de forma inconsciente, Daniel Loncés (el prota) pone en peligro su vida y la de todos los miembros de su familia…

¿Pero qué estoy haciendo? No puedo extenderme más. Bien, entonces «resumiré» la historia añadiendo que David Jasso comienza con un prólogo próximo y subyugante para terminar introduciéndose en un universo, al principio, cercano al lector y/o escritor de terror, pero que continúa llevando la humanidad del protagonista hasta límites insospechados. Hablo de un universo pintado a ratos con la estrella del amor, de los arrepentimientos, del miedo, de la paranoia, de la desesperación, del sufrimiento, de la fatalidad… ¿de la locura final? Es posible, dado que este universo entra de lleno en la mente de una persona que sufre; una persona que se ve sometida a las peores atrocidades, a los peores castigos que pudieran soportarse (¿no se le llamaba a esto terror psicológico?).

La silla nos ofrece una historia real (cada vez estoy más convencida de ello), donde la originalidad nos acecha a cada momento; donde tropezamos con una prosa ágil, amena, visual, rodeada de unos sucesos que atrapan rápidamente al lector. A veces desgarradores, a veces desternillantes, siempre verosímiles y cercanos. Sí, La silla cuenta con una profunda prosa fecundada de un sinnúmero de pequeños y grandes detalles; jirones narrativos donde el autor, el verdadero, pone en evidencia su entendimiento sobre el comportamiento y las reacciones humanas; pero voy más lejos todavía. Donde nos hace dudar de si él mismo —David Jasso— alguna vez fue el verdadero protagonista, dado el profundo conocimiento sobre las reacciones del cuerpo humano en situaciones extremas. (¿Pero no hablé ya de terror psicológico antes? Ahí está la prueba. Todo es tan desconcertantemente coherente en su novela…).

Definitivamente, David Jasso sabe hilar muy fino, y su novela es, sincera y llanamente, una verdadera obra maestra. Lástima que pueda añadir poco más aquí, y que todo lo dicho con anterioridad esté ya tan manido. Lástima que en un magazine como este no se pueda concluir añadiendo que no sabemos la suerte que tenemos en España de contar con una pluma tan terroríficamente cojonuda.

Sí, lástima que no se pueda, ¿no os parece?

© Copyright de Pily Barba para NGC 3660, Diciembre 2016