Heaven and Hell’s Programs

 

Por  Laura López Alfranca

Heaven’s Program

Bienvenido al programa Heaven versión 24.17. Si usted está viendo esta copia, significa que es el señor Jonh Doe. De no ser así, está incurriendo en un delito de robo de identidad y de hurto mayor, lo que provocará la activación del programa Hell.

Sea bienvenido a su copia particular del cielo para la transición de desaparición planificada para Alpha Cori, señor Doe. Se han tenido en cuenta sus características personales y le hemos preparado el mejor cielo que hemos considerado.

Disfrute de su experiencia y esperamos que su muerte sea indolora.

 

Carga del programa 15%

Radiación de la estrella en límites leves.

 

¡Qué extraño se ha vuelto el mundo! Seguramente si me vieras ahora serías incapaz de reconocerme, mi querida Lee. Desde tu muerte, aquella tarde lejana, parezco humano y he envejecido. Han pasado casi 2000 años, pero ya no recuerdo cuántos y tampoco me interesa. Aprendí de ti que no es la cantidad lo que importa, sino la calidad de lo que uno vive.

Tal vez por eso decidí no marcharme de mi último hogar en Alpha Cori, el que compartí con la  última persona a la que amé. ¿Te sorprende que haya podido querer a otras? Realmente he amado mucho y he sido correspondido con fervor y rechazado por mejores motivos que los tuyos. Pero aquí estoy, he vuelto como un tonto a unas animaciones que no se acercan a la realidad de lo que fue… Seguramente porque, incluso con tu planeta habiéndose convertido en polvo y tu raza extinta, soy incapaz de olvidarte.

 

Carga del programa 29%

 

Aún recuerdo cómo nos levantábamos cada mañana en aquel minúsculo piso de artista que tanto adorabas. Aun muerta de sueño, y mientras echabas al último ligue nocturno de malas maneras, te sentabas y me sonreías cuando te tendía el café.

A veces, alguno conseguía colarse en la rendija de la puerta y opinaba sobre nuestra vida, como si nos conocieran. Me defendías cuando te aseguraban que era solo una estructura de metal con inteligencia limitada:

—No me creo que alguien capaz de sentir como un humano sea estúpido y mucho más después de lo que he visto hacer a Jonh.

Luego volvíamos a nuestra vida sin importar si aquel extraño se había quedado o no, si me miraba mal por quitarte el albornoz y comenzar a pintarte en la espalda tus pájaros en libertad o porque abrazaba tu cuerpo desnudo al acabar. Si no se marchaban y se preguntaban por qué, tú siempre decías:

—Odio las agujas y Jonh es un artista.

—Es un robot —Ninguno se salía de esta línea.

—Así es.

—Tiene nombre.

—Y que yo sepa, le gusta, ¿no, Jonh? —me preguntabas siempre.

—Preferiría llamarme Terminator, es más cercano a las tradiciones de mi gente y suena muy aborigen —bromeaba tratando de quitarle hierro al asunto.

Siempre te reías, Lee, solo tú y nadie más. Tal vez por eso soy incapaz de olvidarte.

 

Carga del programa 41%

 

Por eso y, porque como no sabías cocinar, inventar… Me tenías siempre esforzándome para hacer algo que pocos de los míos podían: Imaginar nuevas formas de sorprenderte.

 

Carga del programa 44%

 

Por eso decidiste invertir en mí tus pocos ahorros y fingir que eras tú quien guisaba. De haberse descubierto la verdad en aquellos tiempos, te habrían detenido por atentar contra la salud pública y a mí me habrían llevado lejos de ti. No para convertirme en chatarra, sino para aprovecharse de mis talentos. Puede que hubiera acabado cocinando para los grandes dirigentes del universo. En cambio, fui tan feliz haciendo dulces en aquel camión tan minúsculo y vendiéndoselos a estudiantes de todas las edades y especialidades. Solo por ver sus expresiones golosas, impacientes por comer y que se hermanaran con nosotras para guardar nuestro secreto a voces, merecía la pena.

 

Carga del programa 65%

Radiación de la estrella en límites moderados.

 

Puedo ver a través de mis párpados cerrados el fulgor que me matará y aquí sigo, a la espera de vivir algo que jamás tuvimos. Porque me habría conformado con un no, pero ni siquiera te parecía lo suficientemente importante como para reclamar tu atención. Jamás supe si realmente me veías como algo más que una máquina o como un compañero de viaje, como siempre me decías. Ojalá hubiera podido escuchar de ti la palabra amigo.

 

Carga del programa 72%

 

Pero ya da igual, tal vez dentro del programa Heaven te pueda mostrar lo que viví y cómo cambió el universo. Como tras ser asesinada por ese cabrón, que no entendió que un no era una gran respuesta, me esforcé en convertirme en quien fui: un hombre de negocios dedicado a la comida, un auténtico filántropo y una buena persona. Muchos religiosos aseguraban que yo poseía un alma inmortal, pero no creo en los cuentos de viejas y menos ahora.

 

Carga del programa 85%

 

Estoy tan impaciente por volver a verte a través del quicio de la puerta limpiándote nuestros pájaros en la ducha, mientras me pides que vuelva a pintarlos. Dedicándote a tu arte o leyendo al lado de la ventana con expresión soñadora… Todavía lo recuerdo a pesar del tiempo, porque es lo único que se me permitió tener.

 

Carga del programa 96%

 

Estoy a la espera del milagro que nos unirá en los pocos momentos que me queden de vida, una pequeña eternidad si sé manejar los tiempos. El programa Heaven cargará miles de vidas que podré vivir en apenas unos instantes antes de desaparecer. ¿Qué haremos? ¿Habré sido merecedor también de tener subprogramas hijos? ¿De ser de tu especie o de alguna parecida?

Daba igual que la radiación me cegara por completo, pronto volvería a verte y me olvidaría de todo lo demás.

 

Carga del programa 100%

Disfrute de su cielo particular.
Radiación de la estrella en límites peligrosos.

 

Y apareciste ante mí. Ambos dormíamos en tu cama, me abrazabas y me sonreías en sueños. Vivimos tanto que solo mi mente y mi memoria podrían almacenar cada detalle, sabor, mirada y palabra. Siempre juntos, como debería haber sido. Daba igual que fuera una farsa para ayudar a los robots como yo a morir sin miedo, a enfrentarnos a la nada, estaba en el cielo y no necesitaba ningún tópico de alas o seres humanoides cantando para saberlo. A lo sumo, el pacífico vergel que siempre nos rodeaba era el único desliz que me he permitido. ¿Quién deseaba vivir en ciudades mugrientas pudiendo escoger que estuvieran siempre cubiertas por preciosa naturaleza? ¿Para qué cargar la realidad más triste, si tenemos a nuestro alcance otra blanca e inocente?

 

            Radiación de la estrella en límites altamente peligrosos.

 

Pero sin importar cuántas vidas tuviera, siempre tenía esa imagen tuya presente: dormida entre mis brazos y sonriendo de felicidad.

 

            Radiación de la estrella en límites mortales.

 

Fue en ese momento, cuando me abrasé y me consumió la nada. No me importó, porque fui feliz.

 

Muchas gracias por usar el programa Heaven, señor Doe.

Se ha realizado con éxito la descarga de su alma al vergel celestial destinado a la raza isleen de Omega Lee. Se le ha entregado este honor por su vida de méritos y bondad sin importar o no la existencia de alma en un cuerpo inorgánico. Sea bienvenido a su nuevo hogar.

Muchas gracias por su bondad y disfrute de su recompensa eterna.

El sector de programación de Cielos Unidos.

 

Entonces, me besaste.

 

 

Hell’s Program

Bienvenido al programa Heaven versión 24.17. Si usted está viendo esta copia, significa que es el señor Jonh Doe. De no ser así, está incurriendo en un delito de robo de identidad y de hurto mayor, lo que provocará la activación del programa Hell.

 Sea bienvenido a su copia particular del cielo para la transición de desaparición planificada para Alpha Cori, señor Doe. Se han tenido en cuenta sus características personales y le hemos preparado el mejor cielo que hemos considerado.

Disfrute de su experiencia y esperamos que su muerte sea indolora.

 

Carga del programa 15%

Radiación de la estrella en límites leves.

 

Debe ser genial tener un nombre, una identidad que asocies como tuya. No es mi caso.

 

Carga del programa 12%

Radiación de la estrella en límites l€ve$.

 

No soy rico, ni famoso. No soy un gran filántropo o ser metálico del que dudes si posee o no un alma, ni tengo… pues ni sexo, la verdad. Solo soy un montón de chatarra ensamblada de cualquier manera, un esclavo del sistema que se ha gastado buena parte de su dinero en un programa que sabe que va a fallar.

 

 

Perdón, que ya está fallando. Los ojos se me abren y veo cómo la estrella que calentaba este mundo se va encogiendo, agrandando como si nada ocurriera… Ay, estúpidos programas piratas.

Escucho a mis compañeros sollozando, temen a ese supuesto infierno que se encontrarán al otro lado. No entienden que esta malfunción ya lo es: ver cómo la realidad se mueve a saltos para que no sepas calcular el tiempo que te queda, que este se eternice en segundos, minutos… tal vez incluso horas.

 

 

 

En cuanto a mí… Sé que voy a sonar como una criatura patética, pero sabía que no tendría oportunidad de salvarme. Compré el programa porque mis compañeros de trabajo lo hicieron, incluso quedaron en un lugar precioso para ir todos juntos al cielo. Yo no quería morir solo, por eso me uní a ellos.

 

 

En el fondo y, a pesar de que esto implica mi muerte, es precioso. Sí, sé que mis sistemas intentan moverse para sobrevivir, que los de mis compañeros han conseguido ponerse en movimiento y les escucho sollozar, llamándose unos a otros para darse aliento y escapar. Es un agobio sentir tu cuerpo queriendo hacer algo, cuando tu mente sabe que no hay escapatoria.

 

 

 

La noche se había vuelto día y, si bien no podía sentir la energía de la supernova en mi ser, podía imaginármela entre tanto fragmento de realidad rota. Eterna realidad rota, pero mía.

 

 

 

Me habría gustado poder escuchar música y no el temor de mis compañeros. Poder hablar y decirles que esto era lo que tenía que pasar… Que me alegraba estar con ellos a pesar de todo. Mis ojos están estropeados, ha

 

 

Es un latigueo, apenas nada para delatarme que ya está a punto de acabar. El mundo se ve lleno de píxeles muertos, cuadrados distorsionados y la superposición de las imágenes reales y pasadas. Mi voz al fin reacciona y está cantando. Solo hay silencio a mi alrededor.

 

Carga del programa 100%

Disfrute de su infierno particular.

 

Hay oscuridad, silencio… Nada, no hay nada para mí.

© Copyright de Laura López Alfranca para NGC 3660, Enero 2018

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