Por Javier Arnau
Consonando con la realidad,
un vilano atravesó la existencia,
utopía afinada de reembolso cósmico;
y los tiernos infantes
jugaban a recopilarlos y a almacenarlos
como futura moneda de cambio
para una materialidad no corrompida
por los vaivenes celestes
que un día albergarán
o, tal vez, albergaron,
su idealizada ilusión
de una fantasía que supere
sus dorados sueños
de efímeras entelequias.
Dioses que los visitarán,
realidades que variarán,
materialidad que vacilará
ante la efímera objetividad
de una mota de sustantividad;
y ahora, ya adultos,
efímera existencia trasvasada,
sus ideales cambiarán
y, tras el lugar de sus juegos,
hallaremos el verdadero recreo
de aquellos seres que se divierten
en los límites de nuestra consciencia,
soplando las flores cósmicas,
esparciendo el polen galáctico,
haciendo volar vilanos de realidad
que, cayendo en tierra fértil,
mundos imaginados,
apenas entrevistos,
darán lugar a la vida,
fecundando ignotos planetas
que, con el tiempo,
serán nuevos lugares de recreo
de inéditas razas.
© Copyright de Javier Arnau para NGC 3660, Enero 2019