Los pintores de estrellas verdes

 

|  Pedro Pablo Enguita | Editorial Amarante | Antología CF | 214 págs. |
| ISBN: 978-84-946237-5-2 2017 | 18€ | Rústica |

Por Diego Prado

Portada Los pintores de estrellas verdes

Me he tomado un tiempo leyendo Los pintores de estrellas verdes de Pedro Pablo Enguita, precisamente porque me gusta cuando leo cuentos de un mismo autor no andar saltando de temática en temática. Y me agrada mucho decir que, en este caso, ha sido una de las mejores elecciones: he disfrutado cada uno de los cuentos, por más que en todos, la forma, el tema, y el paso son muy disímiles.

No obstante, debo admitir que las historias que más me han gustado han sido las más cortas: “Copyright”, “Máquina de matar”, “El accidente”, “El heraldo del silencio” e “Incumplimiento de contrato” (casualmente publicado en NGC 3660 junto a “Huyendo de la realidad”, en la primera etapa de la web). En todos ellos maneja muy bien los tiempos, desarrollando rápidamente los personajes y preparando el camino para un final que, a veces previsible, a veces no, nunca deja de gustar y de resultar cien por cien verosímil. No pude dejar de notar, sin embargo, que en “El extraño que hay en mí”, la formula se rompe justamente por hacer todo lo contrario: al principio se pierde en un montón de términos científicos (tal vez sea deformación profesional pues, según parece, el autor es físico teórico); el centro del cuento no desarrolla en nada a los personajes o la historia, y el final, por obvios motivos, inesperado, se siente «extraño», ajeno.

Pero volviendo a los relatos más interesantes, a mi modo de ver (y salvando una predilección propia que contaré más tarde) el mejor de todos ellos ha sido “El accidente”: me encantó no solo por lo sencillo de la historia, sino también por cómo, con una gradualidad muy, muy cuidada, el autor va introduciendo elementos de extrañeza que van pasando desapercibidos, hasta que cuando uno empieza a ver que hay algo profundamente «raro» en lo que se está contando, ya está metido hasta las rodillas.

El lauro final se lo llevan “La verdadera y muy edificante historia de los xeneiformes (o de por qué no hay en el universo estrellas verdes)” y “De cómo la famosa inspectora Chupaldriba terminó con la corrupción en Nebulosa del Conde”, dos cuentos que me traen gratos recuerdos, respectivamente, tanto de Guía del Autoestopista Galáctico de Douglas Adams, como de la saga Mundo Disco de Terry Pratchett. De hecho, confieso que en estos dos relatos me la pasé riendo (en voz alta en casa, en voz baja —aunque a veces no— en el colectivo) y no he podido mirarlos con una lupa muy crítica, aunque, bien mirado, tal vez en eso consista también su atractivo.

En definitiva, gran parte del libro me ha causado una muy grata alegría, por ello, no he dejado de disfrutar, en mayor o menor medida, de todos y cada uno de los cuentos (catorce en total publicados en distintos medios), por lo que ha terminado pareciéndome una muy buena antología, de un autor que no conocía y que ahora considero de lo más interesante.

© Copyright de Diego Prado para NGC 3660, Marzo 2017