El profesor Gray se situó frente a la unidad central del Diamond Maxi. Era la nueva versión del mayor superordenador jamás construido. Desde que hacía 7 años se añadió al Diamond la unidad de estrategia y planificación, la vida sobre la Tierra había mejorado sensiblemente. Gray tuvo la idea de plantearle al superordenador cuáles considera que eran las mejores soluciones para algunos de los problemas sociales y económicos del mundo contemporáneo: Diamond, tras trillones de operaciones, ofreció sus estrategias. Se consiguió poner en marcha dichas pautas y los resultados fueron magníficos, obteniéndose notorias mejoras en poco tiempo.
Después de aquel éxito, por presión de los ciudadanos, se decidió incorporar a la siguiente versión del superordenador —el Diamond Super— la capacidad ejecutiva. Mediante millones de conexiones, el artefacto podía llevar a la práctica las estrategias por él diseñadas. Gracias a las mismas, se alcanzaron unos niveles hasta entonces desconocidos de eficiencia y bienestar sociales y económicos.
Por todo esto la expectación al poner en marcha la versión Maxi del Diamond era enorme. Su potencia había sido multiplicada por un billón, y el número de operaciones por nanosegundo era casi infinito. Con él se esperaba llegar al mundo perfecto, a la utopía.
El profesor Gray, tras unos instantes en silencio, declamó ante la unidad central del superordenador:
—Diamond Maxi, soy Gray. Quiero que elabores y pongas en marcha la estrategia definitiva para lograr un mundo perfecto, permanentemente en paz y armonía.
Diez segundos después Diamond habló:
—Estrategia elaborada y puesta en marcha.
—¿En qué consiste la estrategia?
—En eliminar a todos los seres humanos.
Gray intentó alcanzar el botón de desconexión del ordenador, pero el gas letal que se había empezado a filtrar desde el sistema de refrigeración de la estancia se lo impidió. De igual manera ocurrió en todas las habitaciones, edificios, calles y parajes del planeta.
© Copyright de Ricardo Manzanaro para NGC 3660, Enero 2017