| Mª Concepción Regueiro Digón/Lola Robles | Stonewall Editorial | 2013 | 262págs. | | |||
| ISBN: 9788494037610 | Prólogo: Raquel (Lucas) Platero | 17,10€ | | |||
Por Pily Barba Antes de empezar a leer esta curiosa antología pensé que aquellas que le daban vida, es decir, Mª Concepción Regueiro Digón y Lola Robles, tejerían, a dos mentes, cada una de las dispares historias narradas desde ese que ya se me antojaba su atractivo epicentro: el «Crazy Bar». Lo cierto es que me moría de curiosidad por ver cómo lo habían hecho y, sobre todo, si yo sería capaz de ver en cada aventura, en cada nuevo párrafo o frase, quién de las dos podría haber perpetrado lo que estuviera aconteciendo: afortunadamente, no juego demasiado a la lotería… quiero decir que no di ni una, y bien empleado me estaba por no haber ojeado el libro, ni si quiera superficialmente, cuando llevo teniéndolo en la famosa «pila» desde hace más de un año y medio. Así pues, ya lo deberíais imaginar: Historias del Crazy Bar y otros relatos de lo imposible (publicado por Stonewall Editorial) es una antología donde cada una de ellas ha puesto sus preciosos regalitos, pero por lo demás, ni sus dedos ni sus mentes se han entrecruzado en historia alguna. Eso sí, por mi parte, he disfrutado igualmente de cada una de sus correrías; tanto de las más divertidas, superficiales y entusiastas, como de las más comprometidas y dramáticas. Pero, sin desgranar minuciosamente su contenido, ahora os diré exactamente por qué. Veamos, independientemente de lo obvio, o sea, de sus diversos escenarios, ambientes, personajes principales y algunos secundarios; a pesar de las intrigas políticas, los viajes, las terraformaciones en ciernes, de algún que otro pasado distópico, o de cada uno de los futuros posibles y también de los presentes… a pesar de todo eso, hay mucho y muy bueno dentro de esta, para nada «crazy», recopilación. Por un lado, me gusta que la selección esté equilibrada en cuanto a contenido, aunque tal vez sea Concepción Regueiro la que en general toca más a menudo temas controvertidos y, de hecho, necesarios de ser tocados para poder concienciar e ir cambiando, en la medida de lo posible, a nuestra sociedad. Lola Robles, aunque también aporta lo suyo, metiéndose de lleno en la posible legalización del sexo y la mejora de sus condiciones, e, incluso, en poner en evidencia la injusticia a la que a veces se ven sometidos ciertos individuos por acatar las estúpidas órdenes de su gobierno, desde luego no lo hace en un tono tan sobrio como su colega. Asimismo, Lola es la que finalmente se termina consagrando a un mayor número de historias centradas en determinadas peripecias, de hecho, la misma que trata la injusticia gubernamental de la que vengo de hablar, “Las Houstinianas”, es la que, me atrevería a decir, viene a ser una especie de precuela, spin-off, o puede que algo similar al germen de lo que luego se convertiría en otra de sus grandes aventuras: Yabarí (incluso el apellido de una de las protagonistas de su cuento, se asemeja sospechosamente al de su personaje principal en la novela). Además, adoro el hecho de que se le dedique parte de la trama de un relato a la igualdad de oportunidades en el terreno de la educación. Según Concepción Regueiro, en palabras más o menos aproximadas de una de sus protagonistas, la cultura debe estar en posesión de todo el mundo; el conocimiento es clave para que toda la población se enriquezca, por lo tanto, debemos liberarnos de la miseria intelectual. Y yo añado: qué frase tan maravillosa esta última… y cómo se nota a qué se dedica la autora en la vida real. Pero, definitivamente, lo más extraordinario de nuestro «Crazy Bar», título que, por cierto, se lo dan dos de las exquisitas historias perpetradas por Lola Robles, son sus relaciones interpersonales. Pero ¿tan especiales son? Pues, definitivamente, sí. Desde aquella en la que uno puedo verse reflejado haciendo el tonto mientras se ilusiona con esa persona que al final… no es, hasta aquella otra en la que, las mujeres que la integran, la exprimen al máximo a pesar de los gigantescos escollos; aprendiendo nuevas maneras de mantener a flote tanto sus sentimientos como su cordura, y luchando cada día por que sobrevivan. Y lo más curioso de estas relaciones o de las personas enamoradizas que nos ofrecen tanto Concepción como Lola, es que, de la primera a la última, son mujeres. Así es. Y me ha encantado descubrir todas estas relaciones que nos ofrecen precisamente porque ninguna de ellas es parecida a la que le precede, y entre todas, tocan todos los palos de la baraja del amor; fortuna, mala suerte, desgracia, indiferencia, imposibilidad, pérdida… También, contemplarlas de cerca, descritas de una manera tan próxima y ayudándome a aprender asimismo de situaciones ciertamente problemáticas en las que no había caído hasta el momento, como puede ser el hecho de tener que enfrentarse a una futura maternidad en la que ambos úteros de la relación están disponibles, ha sido algo extraordinario: ¿cuál de ellos es el más adecuado para el futuro bebé? (Si ambas mujeres están sanas, son jóvenes, y su vientre, en principio, es igual de acogedor). ¿Dejaría yo de vivir una experiencia única por amor a otra persona? ¿Le cedería mi puesto a mi pareja, sin más? Esto ha sido una preciosa e intrigante incógnita que se me ha planteado en un momento dado y, precisamente por ello, he disfrutado aún más de esta atractiva antología, puesto que me ha ayudado a ponerme en pellejos ajenos, y a entender: me ha facilitado el mirar más allá de mi ombligo y aprender incluso de mí misma. Creo que a estas alturas sobra una conclusión, pero, aun así, como soy de las que gustan de cerrar los círculos siempre que puede, lo haré añadiendo lo obvio: a los amantes de la ciencia ficción, de lo auténtico y de lo humano, no debería pasárseles esta cita en el «Crazy Bar». No solo disfrutarán de otros mundos alternativos y de entrañables personajes, sino que, posiblemente, les ocurra lo mismo que a mí: leer Historias del Crazy Bar y otros relatos de lo imposible se convertirá en una aventura en sí misma; en toda una sorpresa. Desde luego ha sido un auténtico placer el haber tenido la oportunidad de saltar de una gran autora a otra mientas ambas me contaban constantemente cosas bellas que ocurren entre personas; algunas no tan agradables, cierto, pero que también forman parte de nuestros procesos y nuestro paso por la vida. © Copyright de Pily Barba para NGC 3660, Marzo 2018 |
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PREMIOS RECIBIDOS
PREMIO IGNOTUS 2008:
Mejor cuento: La apertura Slagar
y mejor web
PREMIO IGNOTUS 2010:
Mejor web