Clorofilia

Por José Jorquera

Con la lectura de la novela todavía tan reciente y, dándole un repaso muy, muy superfluo, aún sigue sorprendiéndome la perfección de su estructura y el ritmo con el que está construida Clorofilia. Resulta fluida y se lee del tirón: una vez la empiezas, quedas rápidamente atrapado como una pobre mosca en una tela de araña, y no te queda otra que continuar leyendo hasta alcanzar el clímax final. Desde luego hay narraciones que se devoran desde sus inicios, y os puedo asegurar que esta es una de ellas.

Uno de los puntos fuertes radica en su ambientación; en ese futuro distópico descrito que resulta tan aterrador por lo real que puede llegar a ser. La hipótesis de partida tiene tal nivel de verosimilitud y coherencia, que asombra y asusta a partes iguales. Asimismo, ahí están sus personajes, muy bien perfilados y con los que empatizas (al menos ese fue mi caso) desde su presentación. El desarrollo de los mismos a través de la historia no hace más que añadir puntos a la lectura. Y si además le sumas todo ese trasfondo de vida crepuscular, tienes un escenario propicio para explorar los sentimientos de tristeza y soledad. Los personajes están torturados por todo lo que cargan a sus espaldas, el destino de la raza humana incluido, y no dejas de sentir lástima por todos ellos. Con todo, tienes una novela redonda. O al menos a este servidor así le ha parecido.

Como contrapunto, en algunos momentos se echa de menos que la autora no profundice un poco más o extienda su relato en los momentos posteriores al suceso. Un cataclismo ecológico es algo muy jugoso y en el que siempre quieres más información. Aunque se describe la vida cotidiana en el complejo, sientes la curiosidad de saber aún más de su día a día, de cómo funciona ese refugio, cómo afecta esa situación al grupo y cuál su sistema de gestión o gobierno. Cuestiones que se intuyen pero que no se desarrollan.

Clorofilia es una novela que puede considerarse agridulce: una lucha por la supervivencia que mezcla lo mejor y lo peor del ser humano. Cristina Jurado combina, con gracia y éxito, un contraste perverso (incluso sádico), con la ingenuidad y la inocencia interrumpida. La corrupción, presente en todo el relato, corroe a sus personajes como el óxido al metal. O, en este caso, como la erosión de las partículas en suspensión al medio ambiente.

¿Recomendaría su lectura? ¡Por supuesto! Creo que la historia no dejará indiferente a nadie y que la disfrutarán de principio a fin.

© Copyright de José Jorquera para NGC 3660, Septiembre 2017