| Título original: Blade Runner 2049 | Dirección: Denis Villeneuve | 2017 | |
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| Guión: Hampton Fancher, Michael Green | Foto: Roger Deakins | CF | 163′ | |
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El día antes de ir a ver Blade Runner 2049, decidí revisitar la original porque me advirtieron que la actual es una continuación directa, aunque a primera vista no lo parezca, de nuestra querida Blade Runner (a secas). Veamos, intentando ir directamente al grano, os recordaré que al final de la primera cinta nos dejaban bien claro que Rachel era una replicante única; en teoría no se había fabricado otro ejemplar igual, y además ella tenía un periodo de vida indeterminado. Pues bien, ese final feliz del que Ridley Scott ha renegado, es retomado por Denis Villeneuve en la versión 2049. Juegan con eso y con toda una nueva generación de replicantes, repitiendo además la misma fórmula: se crean nuevas versiones de «pellejudos» y estos, terminan rebelándose, por lo que tienen que ser destruidos. Y es que parece ser que, si hay alguien que no aprende de sus errores, ese es el ser humano, aunque aquí lo justifican como una moderna esclavitud de las máquinas. El gran fallo que veo a esta secuela radica en que se han centrado demasiado en los fuegos artificiales, la fotografía, los efectos especiales y poco, o nada, en el guion. Vamos, que vemos mucho continente pero poco contenido. La película peca además de una falta de ritmo brutal, constatado por el hecho de que casi caigo dormido en mi butaca porque, para colmo, le sobran bastantes minutos de metraje. Ese es otro de sus defectos: con casi tres horas de historia, esta se podría haber explotado mejor. Hay tramas principales que no paran de ralentizar en exceso, y otras que pasan sin pena ni gloria; sin aportar absolutamente nada. En cambio, hay sub-tramas que pueden enriquecer el conjunto y sin embargo no se utilizan. ¿Tienes una revolución en la sombra y no la integras?, ¿en serio? ¿O es que estás esperando a hacerlo en la siguiente película, que se masca con tanto final abierto? En fin, supongo que querrán explotar aún más los bolsillos de los espectadores. Veamos las interpretaciones. Jared Leto: tenemos un villano de opereta que apenas sale ¿20 minutos de metraje?, y que, escondido entre frases pretendidamente grandilocuentes, se erige como el nuevo Dios de los replicantes, a los que utiliza como sus juguetes. Pero su presencia queda olvidada en aras de una Terminatrix repartiendo estopa. La deshumanización de Luv (Sylvia Hoeks), presentada como una asesina despiadada, desbanca al maestro de marionetas como el principal villano de la película y cualquier empatía o pena que pueda sentir el espectador hacia los replicantes, desaparece. Respecto a toda la trama que tiene que ver con el personaje de Joi (Ana de Armas), sinceramente, creo que no aporta nada, salvo incluir, por narices, el interés romántico del protagonista y por supuesto que ella luzca palmito. Si añadimos un análisis desde el punto de vista de género, no sale bien parada. Un cliché de mujer florero cuyo objetivo es satisfacer los deseos de su amo. Pues bien, uno de los problemas de ritmo precisamente en Blade Runner 2049 es la inclusión de esta trama, cuyo único objetivo es intentar humanizar a K (Ryan Gosling). No obstante, bajo mi punto de vista si se eliminara toda esta parte el resultado no se vería afectado para nada. ¿Puede un programa de ordenador enamorarse? Según Blade Runner 2049, no. Y prueba de ello es que el programa gigante que aparece en la ciudad actúa igual que la Joi doméstica. Un intento fallido en sus dos pretensiones, la humanización de K y el interés romántico. En fin… Por otra parte, tenemos a Robin Wright con un buen papel, pero tan irrelevante, que casi da lástima que no aparezca más durante todo el metraje. Es algo así como un quiero y no puedo. Tenemos un personaje femenino fuerte que devora cada escena en la que aparece e inconscientemente quieres que ocupe más metraje. Su intento de seducir a K, en apenas unos minutos de metraje, es más potente que cualquiera de las múltiples escenas entre K y Joi. Y es que la Tte. Joshi, aún a sabiendas de que K es un replicante, no puede ocultar que siente algo por él. Ella expone el terror al cambio y la necesidad de que las cosas no se salgan de su esquema: la seguridad de lo cotidiano, de aquello que conoces. Ryan Goslin no está mal, aún dentro de su inexpresividad habitual. Quizás de ahí el intento de humanizarlo mediante la interacción con otros personajes ya que, a primera vista, parece incapaz de transmitir nada. A pesar de ello, terminará realizando un penoso viaje en busca de la verdad a cerca de un caso, su propia identidad, y por supuesto su lugar en el mundo. Eso es lo que hará que sintamos empatía hacia él. Por eso decía que el intento de humanizarlo a través de Joi, no funciona: sí funciona su búsqueda de respuestas y que estas le lleven a una evolución forzosa e interesante (y de paso, a pasar por todas las etapas lógicas de cualquier guion al uso, salvo alguna sorpresita final); eso, y solo eso, es lo que hace que el espectador termine sintiendo al personaje de K y se preocupe por lo que le ocurra. Eso sí, personalmente creo que el hecho de que sea un replicante le quita gracia al asunto. Lo que me gustaba de la Blade Runner original (ojo, esa sin la versión del unicornio y con el final feliz) era que fuese un humano quien cazara a los replicantes y precisamente terminara sintiendo empatía y lástima por ellos en el momento de ser abatidos. Aquí eso no ocurre. Sientes desprecio por la Terminatrix, indiferencia con Drax Replicante y por Ryan Goslin tienes sentimientos encontrados: que sufra de acoso y racismo por su condición de pellejudo no me provoca empatía, es más, pienso que se lo merece por el hecho de ser un asesino. Es su búsqueda lo que hace que el espectador conecte. Si Deckard se deshumanizaba a medida que avanzaba la película, con K ocurre lo inverso. Pero, si seguimos adentrándonos en terrenos pantanosos, sobre la acción he de decir que me parece muy descafeinada. Tenemos peleas donde la sangre escasea del mismo modo que lo haría si hubiese sanguijuelas en el aire: hay luchas encarnizadas y la sangre no se ve por ninguna parte; tenemos explosiones y personas heridas y mutiladas por la metralla resultante, y se desvanecen de los planos de buenas a primeras… Que no se vean los correspondientes trozos de cuerpos o que las heridas sangren tan poco le resta credibilidad a una película en la que hay momentos de una violencia desmedida. No puedes sembrar el suelo de cadáveres, hacer que desaparezcan, y esperar que el espectador se estremezca en su butaca. Y, lo peor, es que creo que toda esta contención está medida al milímetro; como si buscase lo aséptico. Desde los desnudos evitando en última instancia que no se vea demasiado, o si se ve, que parezca de mentira; como si fuesen de plástico o con efectos de parpadeo en la imagen holográfica para que no nos pongan una categoría de edad que eche por tierra la inversión. Entonces no haríamos caja… No obstante a todas mis objeciones, creo que Blade Runner 2049 en conjunto es correcta; visualmente excepcional, pero con un guion sencillito y carente de ritmo. Si la comparo con su predecesora, no veo que aporte mucho, la verdad. Repite el mismo esquema, salvo por el milagro. La banda sonora me recordó a Vangelis, así que creo que en eso al menos lo han logrado por completo. ¿Recomendaría ir a verla? ¡Claro! Esta película se disfruta mucho más en pantalla grande. No por nada Denis Villeneuve ha apostado fuerte por el lado más visual y lo ha hecho además sin ningún reparo. Técnicamente la obra es magnífica e impecable, con una estética visual y una fotografía encomiable. La ambientación es aún más cercana a la novela de Philip K. Dick, con un mundo desolado, los animales artificiales paseándose por todo el metraje, el valor de los antiguos recursos como la madera natural o las granjas de alimentos… Además, continúa la estética visual de su predecesora con las grandes multinacionales y sus carteles gigantes; guiño a Atari incluido. El problema es que, aunque me ha gustado y la he disfrutado, me ha dejado absolutamente frío. Si con su predecesora me emocioné y lloré, con esta continuación me he quedado a medias. Como si quisiese llorar y no terminara de arrancar: un coitus interruptus en el que estás a punto de llegar y no llegas. Tampoco puedo decir que esté decepcionado con la película, porque no es el caso. Sinceramente no esperaba nada de ella. He intentado ir con la mente muy abierta para poder disfrutar de lo que me contasen, pero creo que es el toque aséptico lo que ha impedido que me llegue. Aun así, tiene momentos épicos y visualmente impresionantes que os dejarán boquiabiertos. Además, hay momentos fan service que estoy seguro de que le llegará al corazoncito a los espectadores, como fue mi caso. © Copyright de José Jorquera Blanco para NGC 3660, Noviembre 2017 |
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| Intérpretes: Ryan Gosling, Harrison Ford, Ana de Armas, Jared Leto, Sylvia Hoeks | |
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| Robin Wright, Mackenzie Davis, Carla Juri, Lennie James, Dave Bautista… | |
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PREMIOS RECIBIDOS
PREMIO IGNOTUS 2008:
Mejor cuento: La apertura Slagar
y mejor web
PREMIO IGNOTUS 2010:
Mejor web