Amor gravitrónico

Por J. Javier Arnau

Casi todas las noches, en sus respectivos nichos, Cletus R.A.III y Lauryl R.XIV tenían que resetear sus memorias ante la ignominia que representaba su día a día.

Cletus R. y Lauryl R. solo se habían visto alguna vez, a pesar de habitar en el mismo domicilio, pues durante el día cada uno tenía asignadas sus «tareas». Cletus permanecía en la residencia como «mayordomo» de la señora y Lauryl acompañaba a su dueño, el señor de la casa, hasta su oficina, como su secretaria.

Realmente, Cletus y Lauryl eran utilizados como máquinas sexuales por sus respectivos dueños, ya fuera durante las horas de trabajo o en las de supuesto descanso. Y, eso, en la programación de su cerebro gravitrónico, significaba un deshonor; una deshonra hacia sus magníficos cuerpos metálicos. Pero, muy a su pesar, prácticamente todos los días ambos seres mecánicos eran usados por sus dueños como mera maquinaria sexual; y su cerebro gravitrónico iba deteriorándose cada vez más y más…

 

Una noche, por pura casualidad, Cletus y Lauryl R. tuvieron que permanecer en el mismo nicho durante las horas de recarga, compartiendo fuente de alimentación. Y durante las largas horas del crepúsculo para los humanos, un no-lapso para los androides durante la fase de recarga, Lauryl y Cletus se amaron. Sus aparatos sexuales encontraron el complemento ideal el uno en el otro, perfectamente lubricados por la excitación que recorría sus servomotores. Y en su desconocido frenesí, sus cerebros acabaron de colapsar. Se desacoplaron de la fuente de alimentación —y de ellos mismos— y, cogidos de la mano, como dos amantes, acabaron con la vida de los humanos que tan deshonrosamente los habían utilizado.

 

Salieron de la casa todavía cogidos de la mano, mientras amanecía. Sin que ellos lo supieran, el mecanismo de emergencia automático de la casa había alertado a las fuerzas del orden y sanitarias. La policía, en ese mismo momento, con el equipo especial anti-androides, ya se dirigía hacia ellos.

 

© Copyright de J. Javier Arnau para NGC 3660, Julio 2018